A
través del juego, los niños expresan muchas de sus necesidades y
resuelven sus conflictos, ya que es su mejor forma de comunicarse y de
aprender. Además, al jugar imitan el comportamiento de los adultos, lo
que les ayuda a desarrollar el lenguaje y otros tipos de comunicación,
así como sus habilidades sociales.
Piensa
en cómo son los juguetes para bebés: generalmente son muy coloridos, a
veces emiten sonidos y, obviamente, todos buscan ser divertidos, para
que el niño pueda entretenerse horas con él. Y es que, entre más
entretenido resulte el juguete, más será el tiempo que el peque juegue
con él, propiciando que se dé un mayor aprendizaje.
Cuando
el aprendizaje se da de manera lúdica se promueve el crecimiento y
desarrollo del área cognitiva, es decir, la capacidad del niño para
tomar conciencia respecto a su entorno. Entre más desarrolle un niño
esta capacidad, mejor podrá comprender y resolver diferentes tipos de
problemas.
Por lo anterior, los psicólogos especialistas en aprendizaje utilizan la llamada terapia de juego para
que el niño reconozca, experimente, exprese y aprenda, liberando
sentimientos y frustraciones, y reduciendo la ansiedad y el estrés.